miércoles, 25 de septiembre de 2013

Seducción por la ira/Seduction by wrath




Ser iracundo,
aléjate de mi
sacia tu venganza con la palabra
con la inmortalidad del verbo
Con la seducción de tu
discurso agotador.

Ser iracundo,
si alguien te escucha,
o se digna a seguir tus pasos,
me habré liberado de tu hostil
venganza.

La ira de la palabra,
el peor de los enemigos,
el mejor de los amigos.

Texto y Fotografía de Mar Esteban


Irascible being,
get away from me
satisfy your revenge with the word
with the inmortality of verb
With the seduction of
your exhausting speech.

Irascible being,if someone is listening,
or deigns to follow in your steps
I will have released myself 
from your hostile 
revenge.

The word's wrath
the worst of all enemies
the best of all friends.

Versión al inglés de Daniel Arana García de Leániz

martes, 24 de septiembre de 2013

El Largo Viernes Santo (The Long Good Friday, Mackenzie, 1980)

The Long Good Friday (1980) sufre una suerte de incomprensible mala fama, aún a la espera de ser remediada, máxime cuando ha vuelto a aparecer en DVD recientemente, protagonizada por los excelsos Bob Hoskins y Helen Mirren, más bella que nunca en esta película.

 Hoskins interpreta, con notabilísimo acierto, a Harold Shand, un hortera mafioso inglés, muy al estilo de los de Get Carter (1971), que ha decidido convertirse en un hombre de negocios respetable. Duro y sin escrúpulos, Harold ha conseguido labrarse una posición de privilegio dentro del mundo del hampa y cuenta con el apoyo económico de la Mafia norteamericana para adquirir unos terrenos en una zona deprimida que ellos mismos urbanizarán y que se convertirán en un chorro de millones de libras cuando la ciudad sea designada para celebrar los Juegos Olímpicos de 1980 (que, en el mundo real, se llevó Moscú).  Todo parece ir sobre ruedas hasta que, de pronto, una bomba estalla en su coche a modo de aviso y, después, una serie de atentados encadenados ponen en peligro tanto la operación inmobiliaria soñada como el patrimonio y su posición dominante dentro del hampa. ¿Quiénes son los enemigos de Harold y su organización? ¿Hay infiltrados? ¿Por qué de pronto todo empieza a ir tan mal? ¿Qué pasará con sus socios americanos?
 Es esta película es una brillante pieza de relojería a la que el escocés John Mackenzie dota del pulso narrativo necesario para contar una historia que se desarrolla en el clima asfixiante de un Londres empobrecido tras la enorme crisis económica del 73, en un panorama en el que se respira la corrupción política y policial y sobre el que planea la sombra del I.R.A. convertido, en esta ocasión, en un extraño sindicato dispuesto a llevarse una tajada de las operaciones de su protagonista en concepto de impuesto revolucionario.
   Un panorama, en la tardía Guerra fría, que se nos asemeja bastante más real que cinematográfico.   Merece la pena revisarla, con una inigualable banda sonora de Francis Monkman, fundador del gran grupo Curved Air, y como curiosidad también por ir en busca de los conocidos actores que van haciendo sus cameos, tales como Eddie Constantine, Pierce Brosnan o Paul Freeman.

***1/2

© Daniel Arana García de Leániz
Septiembre 2013




jueves, 29 de agosto de 2013

Sabia Compostura

      

       "experto más allá de la experiencia"

T.S. Eliot lo agarró, lo aferró y lo penetró en "Susurros de inmortalidad", esas Entidades Abstractas que mantienen en convulsión nuestra metafísica.

        Y es allí donde invierto el cambio, lo transformo,  lo oblicuo, le concedo esa energía disgregada y lo ahueco, lo ensombrezco.
Porque la convulsión a veces necesita de las sombras y de esas fuerzas. Templos que se vuelven visibles tras el fuego, visibles en la duración de las miradas que repiten el gesto, el impulso reiterado...la convulsión prometida, la convulsión superada.

      Y se renueva en ese goce, ese instante, esa entrega absoluta, ese despojo de la pasión y del juego que deja en quietud, esa huella y se observa el movimiento en el temblor de su muda entereza.

© Texto: Mar Esteban
Fotografía: Daniel Arana García de Leániz
Agosto 2013

miércoles, 28 de agosto de 2013

Volver/Ritorno


Mi recuerdo eran imágenes,
En el instante, de ti:
Esa expresión y un matiz
De los ojos, algo suave.

En la inflexión de la voz,
Y tus bostezos furtivos
De lebrel que ha maldormido
La noche en mi habitación.

Volver, pasados los años,
Hacia la felicidad
-para verse y recordar
Que yo también he cambiado


Jaime Gil de Biedma, Volver (Antología Poética)
I miei ricordi erano immagini,
Al momento, su di te:
Che espressione e sfumatura
Degli occhi, un po' morbido

Nella inflessione della tua voce,
E le tue sbadigli furtivi
Come un levriero insonne
Di notte in camera mia.

Ritornare, nel corso degli anni,
Alla felicità
-per trovarsi e ricordare
Che ho anche cambiato.

Versión al italiano y fotografía de Daniel Arana García de Leániz

martes, 27 de agosto de 2013

Lívido sonoro



A Mar y a T.S. Eliot, quienes saben que
la poesía es vida

Entre la intersección de la roca
   y el sol
forman un eje que
  se vertebra,
        disconforme,
en otro unísono seco, lívido, arrojadizo/

Lo mejor de la palabra hecha
   se
                    halla                 en
fuego de deshielo vestal
  en
el clasicismo de un epigrama
  libre/

El futuro valiente de hiedra
   antigua
sólo es, no temas, roca y hasta
   sal,
volvemos a donde partimos y
nos quedaremos
     nos resta la espera
              nos espera volver/

Porque no espero volver nunca.

© Texto: Daniel Arana García de Leániz
     Fotografía: Mar Esteban
Agosto 2013

Delectabile est...



"No habrá castigo para aquel que cometa el crimen"
Chantal Maillard

                      Con esa constancia e imparcialidad del ánimo
   buscamos en los caminos ajenos
   ese silencio que brota,
                                   danza, cae,
                                        serpentea, confunde
                                                    y suben los caminos...
  ¿Por qué nos parecen mejores esos caminos?
                                           Ecos, resonancias...
                                                    de gritos y de anhelos
                                                           casi ajenos...

                    Al mirar sus brillos, sus blancas camisas...
                    sus ondulaciones, sus silbidos, sus ingenios y
                    sus vuelos... olvidamos la esencia,
                                                la raíz,
                                                       el nido,
                                                               la cueva,
                                                                       la hendidura...

                    Parecen todos tan deleitables...
                    ¿acaso la belleza no lo es?
                    Con rostro ecuánime sigo sus pasos,
               buscando huellas que van cambiando,
                        se transforman según la inclinación
                          de quien mira...
                                     se transforma en la noche, en
               la mañana y en la madrugada...
               y buscamos esos mundos cambiantes,
                                 esas extrañas y turbadoras zonas
                                   Santuarios-Templo
                                                      Templos-Santuario
                                                             Desiertos-Santuario
                                                                           Desiertos-Templo
              y se vuelven a tensar los hielos de las cuerdas-icebergs
                                       se tensan los hilos,
                                                        la escritura se tensa
                                  y todo se convierte en una espiral...
                                                          Todo vuelve a repetirse
              y se vuelven esas zonas desiertas donde lo que es no es
              y lo que no es vuelve a ser para volver a no ser.
                                  Luz cenital,
                                               Deseo Infinito
                                               Coral-Mito-Interior

© Texto: Mar Esteban
    Fotografía: Alicia Arana
Agosto 2013                                                                

miércoles, 26 de junio de 2013

Recuerdo de Plinio

Entre 1953 y 1985, Francisco García Pavón escribe ocho novelas largas, cuatro cortas y diecinueve relatos protagonizados por el jefe de la Guardia Municipal de Tomelloso (GMT) en los que se enfrenta a las diversas variantes delictivas de lo cotidiano. El escritor ruraliza al detective y lo dota de un doctor Watson que es veterinario: Don Lotario, que, entre el homenaje y la parodia sirve -como todos los doctores Watson, desde el cronista de Dupin al Biscuter de Carvalho, por citar otro español- para dialogar el personaje, efectuar las notarías de sus peripecias y representar al lector en el interior de la trama.  

Con estos elementos y convirtiendo el pueblo de Tomelloso en su zona de experimentación particular, descompone eso que la religión denomina el Mal en múltiples males menores para demostrarnos que forman parte de todos nosotros: la envidia que corrompe, la miseria contagiosa, la decisión de matar, el secuestro como última forma de la atracción, la mezquindad en sus múltiples transformaciones. Son resueltos, así, eficazmente todo tipo de casos que se presentan en la localidad manchega y alrededores, desde asesinatos a robos de jamones.  

Manuel González, alias Plinio, es un tipo cachazudo y tranquilo, con una sensibilidad oculta pero viva que es su mejor baza para resolver unos asuntos a los que se enfrenta más con su intuición, sus pálpitos, que con las habilidades deductivas consuetudinarias en los protagonistas de esta calaña literaria. Profundo conocedor de su gente, de la gente -de hecho termina siendo reclamado por Madrid en Las hermanas coloradas para resolver un caso-, templado y sin embargo curioso, coincide con Holmes en la necesidad del crimen como desafío intelectual y se hunde en el aburrimiento en época de sequía delictiva (aunque sin necesidad de drogas para su combate). 
Con su vocación para profundizar en las motivaciones, constituye un estereotipo opuesto al tipo duro norteamericano, pero es capaz de compartir con dichos héroes una concepción moral que no tiene por qué coincidir con la establecida. Plinio conoce la naturaleza humana y sus periplos por el mundo entero sin salir de su pueblo. 

Su lenguaje itinerante recoge, con un oído excepcional, los lenguajes de la gente de la calle, de sus vecinos, acercándonos obscenamente al delincuente y a su opuesto, sentándolos a nuestra mesa, igualándolos a fuerza de humanizar sus retratos.
Así, García Pavón enfoca el género conocido como novela policíaca como una mezcla de lo estrictamente policíaco con elementos costumbristas y crítica social hasta donde era posible en la época. Eso le da pues un particular lugar en la historia de la novela negra española, gracias a la inmensa prosa de su autor, que utilizará en sus narraciones el mejor castellano que conoce.

Imprescindible, tras la lectura, asomarse a la serie de ocho capítulos que protagonizaran dos espectaculares Antonio Casal y Alfonso del Real en el papel de los detectives (ver imagen 1), emitida por TVE en 1972, y recuperada por los autores de este blog. La novela negra, como todo buen género, es inmortal de por vida.


© Daniel Arana García de Leániz
Junio 2013