Caminando entre langostas,
se hace noche el día.
se hace noche el día.
Y de cielos oscurecidos y calles exangües
parece entender el alma.
parece entender el alma.
La luz sólo queda a mano cuando se vuelve
a juzgar al mundo por el fuego.
a juzgar al mundo por el fuego.
El iris del más acerbo sentimentalismo evidencia
su profética sabiduría, pues las
su profética sabiduría, pues las
farolas de Mabbot Street han dejado de refulgir,
y un amanecer de síntoma y recuerdo
y un amanecer de síntoma y recuerdo
anda ya al acecho.
Caminando entre langostas, se hace noche el día,
pues es imposible un nuevo reflejo.
pues es imposible un nuevo reflejo.
El agua turbia del camino ya no es espejo,
sino dinámica muda.
sino dinámica muda.
© Texto: Daniel Arana García de Leániz
Fotografía: Mar Esteban
Enero 2013
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