Henri-Georges Clouzot decidió en 1964 filmar L'ENFER, una
enfermiza historia de celos con la magnífica Romy Schneider, ya obviamente
alejada del meloso papel de Sissi, y convertida aquí en el estereotipo de mujer
independiente de los años 60.
Clouzot abandonó, empero, el proyecto, por diferentes
motivos que incluían disputas entre los actores, problemas de salud...etcétera,
y en 2009, el productor y realizador (y coleccionista nato) Serge Bromberg se
quedó encerrado tres horas en el ascensor con la viuda de Clouzot y ésta le
cedió las 185 bobinas.
Así las cosas, y exhumadas las bobinas, Bromberg permitió con su buen hacer que exista hoy un documental casi tan fascinante como lo hubiera sido la película, integrando a otros dos actores, que interpretan ciertas escenas, para poder seguir el conjunto de la historia. La película prometía, en efecto, romper con las formas estéticas anteriores, dando un tratamiento del color ciertamente hipnótico, unos efectos musicales electro-acústicos totalmente novedosos, suspense y tensión palpables en cada plano...etcétera.
Cada imagen del documental es única e irrepetible. Y es cierto que Claude Chabrol hizo su propia versión en 1994. Pero esa es otra historia.
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© Daniel Arana García de Leániz
Diciembre 2013
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