sábado, 25 de enero de 2014

Dos juegos, entre Mujica y la lengua de Dante

VASTEDAD                                                                                                                 VASTITÀ

no hay desierto más vasto
que un escenario
abandonado,
o su espejo:
un plato vacío
sobre el mármol de una mesa,
metal pulido
por uñas buscando lo que
no tiene.
brillo de hambres,
espejo de hombres.


non c’è deserto più vasto
che uno scenario
abbandonato.
o il suo specchio:
un piatto vuoto
sul marmo di un tavolo,
metallo lucido
da unghie a cercare ciò che
non ha.
luccichio di fami,
specchio di uomini.




NOCHE DE ARENA                                                                                     NOTTE DI SABBIA

noche de arena,
todo es igual, y sobre tanta
desnudez
cada paso es huella.
noche de arena, todo es igual
y nunca me sentí tan extranjero.
noche de arena, huellas de paso.


notte di sabbia,
tutto è uguale, e su tanta
nudità
ogni passo è orma.
notte di sabbia, tutto è uguale
e mai mi sono sentito così straniero.
notte di sabbia, orme di passo.



© Traducción al italiano: Daniel Arana García de Leániz
Fotografía: Mar Esteban
Enero 2014

miércoles, 22 de enero de 2014

Memories (Leonard Cohen, "Recuerdos", 1977)

Dos versiones -con mi propia traducción- de una de mis canciones preferidas de Leonard Cohen, una, la original a manos del genio loco Spector, y otra, en directo dos años después. Cohen habla de recuerdos de su juventud, con esa mención al Jezabel, de Laine; esos bailes en gimnasios y la eterna banda que toca para los que quedan, bailando apretados. Son, en efecto, recuerdos.



Frankie Laine cantaba Jezabel
Yo prendí una Cruz de Hierro en mi solapa
Caminé hacia la chica más alta y más rubia
Y le dije, “mira, aún no me conoces, pero pronto lo harás”
Así que ¿por qué no dejarme ver?
¿Por qué no dejarme ver?
¿Por qué no dejarme ver
Tu cuerpo desnudo?

Sólo llévame bailando hacia lo más oscuro del gimnasio
Tendrás muchas posibilidades de poder hacer cosas 
Sé que estás hambriento, lo noto en tu voz
Y hay muchas partes mías por tocar,
Ah, pero no podrás ver
Me dijo, “no podrás ver”
Me dijo, “no podrás ver
Mi cuerpo desnudo”

Así que estamos bailando muy apretados, la banda toca “Stardust”
Globos y serpentinas flotan sobre nuestras cabezas,
Y dice ella, “tienes un minuto para enamorarte”,
En momentos solemnes como éste he depositado toda mi confianza
Y toda mi fe para ver
Dije, “toda mi fe para ver”
Dije, “toda mi fe para ver
Su cuerpo desnudo”



Los demonios de Lars Von Trier

Incluida entre las (mis) películas más destacables de Von Trier, ANTICHRIST (2009) resulta una de las obras transgresoras más inquietantes de su artífice. El descenso a los infiernos de la pareja protagonista -extraordinarios Willem Dafoe y Charlotte Gainsbourg- es el dibujo esquizoide de la hecatombe personal y humana llevada al límite, la infla(ma)ción del delirio ad nauseam, es Lacan y es Freud, por completo, en estado puro, a través de los tres estadios de duelo, dolor y desesperación.

Von Trier consigue una de sus más brillantes -no por ello exenta de una nada tímida pretenciosidad, dicho sea de paso- y controvertidas películas, en la que no hay concesión alguna, sólo dolor y destrucción. Es una suerte de Tarkovski sabiamente vendido al exceso, pero con un estilo de marcada personalidad que brilla entre continuos primeros planos, ahondando en el dramatismo de los rostros y lo dramático de un montaje sincopado y brusco que transmite violencia, una cámara nerviosa que se desplaza con los personajes y que genera cierta ansiedad e inquietud.

Es sexualmente explícita hasta el desagrado, es cruda y por último, una suerte de ejercicio terapéutico que se cuenta entre lo mejor de la obra de un director que es capaz de lo mejor y de lo peor, pero siempre adherido a su propia personalidad como realizador que destaca por su crueldad, casi insoportable, a la hora de realizar autopsias morales como ésta.

Dafoe es, por último, un verdadero anticristo aquí, donde psicoanálisis y terapia de choque son agua bendita para la enconada batalla final. Una batalla a muerte que dilucidará el desenlace donde, para Von Trier, psique y cuerpo no atienden a razones.

ANTICHRIST es, ante todo, una obra maestra, que trasciende los límites de la cinematografía para ceder un lugar específico al autoanálisis más fatalista, más tenebroso, más difícil. Pero también más perfecto.

****

© Daniel Arana García de Leániz
Enero 2014

viernes, 17 de enero de 2014

"El mundo está lleno de maldad"

La Caza/Jagten (2012) es una de las mejores películas de su época, no creo que sea necesario incidir en ello mucho más, pues a fuerza de repetirse en listas de cinéfilos de todo el mundo, hasta el más reacio parece haber entrado en razón.

Vinterberg logra un relato consistente sobre la maldad, técnicamente irreprochable (todo lo más, un epílogo acabado con cierta celeridad y que no convence como debería, visto el resto de la película, pero al lado de su grandeza, toda una pequeñez que se perdona): en el frío pueblecito danés en el que se desarrolla la historia, sabemos que la caza del ciervo es casi un arte, se apunta y se dispara con la frialdad del que se sabe en un plano superior. El del que es humano frente al que es animal.

Pero un día, Lucas (un impagable Mads Mikkelsen) se convierte en la víctima, en el cazado, animalizado, cuando una niña, hija de su mejor amigo, admite -o más bien responde a un interrogatorio ferozmente cruel a manos de un adulto- haber sido acosada sexualmente por él, en la guardería donde trabaja. La gente del pueblo, sus amigos de siempre, deciden que es culpable y lo juzgan, apuntando y disparándole con el arma de la exclusión social, del acoso y derribo, antes incluso de que pase por manos policiales, a los que, por cierto, no vemos en ningún momento.

Esa gente, máximos pontífices del fariseísmo más extremo, empero, lo único que protagoniza es un acto por desgracia bien lógico, al tratar de defender a una niña inocente. Pero Lucas está igualmente cerca de un Jesús condenado a la crucifixión, a causa de un comentario, no de unos hechos que prueben la barbaridad de la que se le acusa. Resulta curioso como se le ha achacado distancia emocional al relato, y en caso de que sea así, no debemos olvidar que es intencionado, para barajar en principio dos puntos de vista. Y ahí reside lo verdaderamente del film de Vinterberg: no sólo sabemos que Lucas es inocente, además logramos comprender las razones del odio de todo un pueblo -a excepción de muy pocos- que se pone en su contra por considerarle un pederasta. 

Todo ello a través de la inocente mentira de una niña que simplemente lo hace por una suerte de despecho infantil y que nadie se atreve a poner en duda, pues ¿quién es capaz de no creer a un niño, y menos en algo tan horrible?

El problema es que el espectador, si se le desproveyese de la información con la que cuenta desde el principio, acabaría lanzando piedras a las ventanas de Lucas o disparando a su perro. El mundo está lleno de maldad, en efecto. Impagables, lo mismo, la música de Egelund y una fotografía que sirve para afianzar la simbiosis del espectador con la gélida dureza del episodio relatado.

****

© Daniel Arana García de Leániz
Enero 2014

HAIKUS DE ENERO


En el sendero,
la infancia lejana
es ya crepúsculo.

Desierta impronta,
cuya luz de rocío
pasa la cima.

Habitan el aire
el distante mañana,
el río sin clamor.

Nadie claudica,
lóbrego o lánguido,
ante las sombras.

© Texto y fotografía: Daniel Arana García de Leániz
Enero 2014

jueves, 16 de enero de 2014

Entre corrupción e iguanas, bienvenidos a la sociedad politoxicómana

Necesariamente hay que incidir en que BAD LIEUTENANT, PORT OF CALL NEW ORLEANS (2009) no es un remake.

Au contraire, se trata de lo mejor que ha hecho Werner Herzog tras una década más bien insulsa -por mucho que sus (falsos) documentales nos gusten más o menos, ha sido artífice de alguna tontería prescindible como THE WILD BLUE YONDER o la directamente fallida, de principio a fin, INVINCIBLE, y desde SCREAM OF STONE se ha mantenido en una cierta abulia cinematográfica- con la excusa de retomar el film de Abel Ferrara, de mismo nombre, pero bien distintas intenciones.


Herzog ha vuelto a su universo -entre el onirismo y la vigilia permanentes- un universo socialmente politoxicómano, compuesto principalmente por un inusual teniente de policía que, a la par que resuelve un brutal caso en la New Orleans post-Katrina, va degenerando in crescendo en una vorágine donde drogas, apuestas y toda clase de delitos conforman su día a día.


El caso es que Herzog manipula, todo muy políticamente incorrecto, qué duda cabe, al espectador de tal manera que le hace partícipe del desmorone particular del teniente que interpreta -por otro lado, de forma sorprendentemente magnífica, Nicolas Cage- y conforma una muestra del mejor cine policíaco, más aún al mejor estilo de Werner Herzog.

El teniente McDonagh es Aguirre, Stroszek, Nosferatu, Fitzcarraldo y hasta Kaspar Hauser, en una sociedad que se cae a pedazos a la vez que el policía, una sociedad donde prostituirse por un gramo de cocaína, o dejar morir a presos en una cárcel inundada parecen principios por lo que regirse, sin miedo ni reparo alguno.


McDonagh es no necesariamente el más dantesco de los personajes de esta película, donde caben iguanas que cantan "Release me" o la danza post mortem del alma de un mafioso. Surrealismo "made in Herzog". El exceso y la amoralidad hechos carne, ojos, voz y, acaso, voto.



Si, por último, no es -como afirma Herzog y a la par, nosotros- un remake, pero sí que mantiene reminiscencias de aquella maravilla protagonizada por Harvey Keitel, debemos reconsiderar lo genial de la operación en la medida en que pervierte el sentido del film de Ferrara:


Ya no son los demonios internos del policía (Ferrara) sino la mecánica absurda y en cierto modo, monstruosa de una sociedad politoxicómana y tóxica, por último (Herzog), que mantiene a tipos con posibilidad de rehabilitación y reinserción, y que ofrece, dicho sea de paso, uno de los más divertidos, burlescos y ridiculizados ejemplos de happy end que haya conocido el reciente cine americano, si es que, por último, es ésta una película americana.

Lo que desde luego sí es, es puro Werner Herzog.


***1/2

© Daniel Arana García de Leániz
Enero 2014


martes, 14 de enero de 2014

Veinticinco preferencias (no necesariamente obras maestras)

Esta es la lista de lo que me ha interesado recordar y salvar de la quema general cinematográfica de este año. Poco más de una veintena de películas -cuidadosa, ambiciosa e independientemente seleccionadas- procurando suprimir dramas lacrimógenos candidatos al Oscar o la sempiterna “obra maestra” a la búsqueda de su (mi) tiempo perdido y así evitar lamentar su presencia más tarde.

Muchas de ellas reúnen los requisitos canónicos para ser consideradas obras maestras, empero, hace años que no creo en dichos requisitos, si es que alguna vez lo hice. Otras, o han pasado desapercibidas, o directamente no han sido vistas, habida cuenta de su desaparición de la mayoría de los listados.

Debe reseñarse que parte de las seleccionadas fueron estrenadas en España este año, pese a haberlo sido en otros países anteriormente. Hay que decir que otras, realizadas en 2013, pero a la espera de estreno, han sido visionadas ya hace un mes como mínimo, pero me las reservo para 2014, pues mi lista empezaría a vaciarse. Sólo incluyo, aún pendientes de estreno, un minúsculo número de películas, consignadas éstas con un asterisco*, pues albergo serias dudas de que vayan a verse aquí alguna vez.

Servidor no se hace responsable del desacuerdo creado. Además, en algunos casos, incluso lo considera irrelevante.

  1. Alting bliver godt igen (Todo irá bien) 
  2. Broken City 
  3. Compliance* 
  4. Deadfall 
  5. Gravity 
  6. Il Villaggio di Cartone 
  7. Jagten (La Caza) 
  8. Le Dernier des Injustes 
  9. Mud 
  10. Nameless Gangster 
  11. Nymphomaniac 
  12. Officer Down 
  13. Prisoners 
  14. Searching for Sugarman 
  15. Shekarchi (El cazador) 
  16. Stoker 
  17. The Act of Killing 
  18. The Berlin File 
  19. The Canyons 
  20. The Frozen Ground 
  21. The Master 
  22. The Tall Man 
  23. Thérèse D. 
  24. Zero Dark Thirty 
  25. В тумане (En la niebla) 

Nota al pie: Ésta es una selección absolutamente personal, de manera que quizás llame la atención hallar algunas películas en ella, y se echarán de menos otras. Desde luego, las tan reivindicadas obras de Haneke, Kechiche, Allen o Sorrentino..., no han desaparecido por desconocimiento. Sus obras han sido revisadas tan a conciencia como el resto de las consignadas, y halladas de interés mínimo. 

Otras no lo han sido –léase cine de animación, drama romántico o acción pura y dura sin otro interés y repletos de tópicos- en definitiva, hago mía la máxima de “de lo que no he visto, no puedo hablar”.

martes, 7 de enero de 2014

Nighttown




Caminando entre langostas, 
se hace noche el día.
Y de cielos oscurecidos y calles exangües 
parece entender el alma.

La luz sólo queda a mano cuando se vuelve 
a juzgar al mundo por el fuego.

El iris del más acerbo sentimentalismo evidencia 
su profética sabiduría, pues las
farolas de Mabbot Street han dejado de refulgir, 
y un amanecer de síntoma y recuerdo
anda ya al acecho.

Caminando entre langostas, se hace noche el día,
pues es imposible un nuevo reflejo.

El agua turbia del camino ya no es espejo, 
sino dinámica muda.


© Texto: Daniel Arana García de Leániz
Fotografía: Mar Esteban
Enero 2013